domingo, 15 de marzo de 2015

La gula





Resquicios de ti a través de la puerta, resquicios de ti por las escaleras, en el portón dorado de la entrada…recuerdos que entran y salen con el furor de un oleaje.


Ahora tu ausencia me provoca una gula insaciable de tus besos. Los busco en cada rincón, estudiando las posiciones geográficas de los muebles, intentando rescatar algún sabor perdido de tus besos que cayó despistado entre los pliegues de la cama.

Ahora comparto mi lecho con la soledad, con su fría presencia de hielo, su mirada también de hielo y su roce gélido que me hace estremecer el cuerpo. El vacío que anida en el espacio físico y en el interior de mi corazón sabe mucho de inviernos y otoños pero poco de primaveras y veranos.

Me siento en la cafetería, en el salón y la gula de tus besos te acaricia la frente con el recuerdo de lo que ya no eres, de tu voz, de tu presencia, de cuerpo y mientras disfruto recordando el sabor dulce de tus labios sé que esta actuación terminara con el telón oscuro y siniestro caído, que es como finalizo todo lo nuestro, dando fin a una obra cuyos personajes eran solo actores, no la realidad, sino una simulación que felices y dibujaban promesas en el aire que ya ni siquiera son castillos en el aire, sino burdas promesas tontas cuya fuerza se ha desprendido de la roca.

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